Elena de Paz de Castro
En su «Reloj de sol», Alfonso Reyes narra un episodio anecdótico, acaso algo imaginado, de la propia morada de Luis Ruiz Contreras en Madrid. Un edificio bajo de la calle de la Madera le servía de vivienda y también de sede para la Revista Nueva, publicación fundada por él y en la que participaron voluntariosos jóvenes literatos venidos después a más. Ruiz Contreras pretendía crear un lugar de reunión, de tertulia, y no una redacción al uso, así que la tinta y el papel fueron sustituidos por aparatos gimnásticos americanos, maromas y anillas[1]. Como muchas otras empresas que acometió, Revista Nueva tuvo vida efímera: de febrero a diciembre de 1899. Pero antes de ese año, la calle de la Madera había visto también estampar algunos de los opúsculos que preparaba sin desmayo. Entre ellos, en febrero de 1897, Tres moradas, un folleto de humilde factura tipográfica en octavo, de escasas setenta páginas, primero de la serie de sus recuerdos, a la que titulará Memorias de un desmemoriado, rótulo que ya había usado como subtítulo para su revista de crítica literaria, La Linterna (1894), y en un epígrafe del libro De guante blanco (1895).
[1] Alfonso Reyes, «El gimnasio de la Revista Nueva», ap. Simpatías y diferencias. Quinta serie: Reloj de sol, Obras completas de Alfonso Reyes, Fondo de Cultura Económica, México, 1995, vol. IV, pp. 360-362.