La misteriosa muerte de Edgar Allan Poe: contexto, hechos y teorías

Observatorio Negrín-Galdós

Contexto biográfico hasta 1849

Edgar Allan Poe (1809‑1849) fue uno de los escritores estadounidenses más innovadores del siglo XIX. Quedó huérfano a los dos años y fue acogido por John Allan, un comerciante rico de Virginia. Estudió en el Reino Unido y en la Universidad de Virginia; una vida disoluta hizo que Allan dejara de mantenerlo, y Poe abandonó West Point para dedicarse a la literatura. Tras ganar un concurso de relatos en Baltimore, trabajó como editor de revistas como el Southern Literary Messenger y Graham’s Magazine, donde su crítica severa y su experimentación con el relato detectivesco, el terror gótico y la sátira le dieron notoriedad. Su matrimonio con Virginia Clemm (1824‑1847), quien murió de tuberculosis, y sus propios problemas económicos marcaron su vida. En 1845 publicó The Raven, poema que lo convirtió en celebridad. Sin embargo, la muerte de su esposa lo sumió en la depresión y en una relación intermitente con el alcohol. En 1849 se comprometió con su antiguo amor, Elmira Royster Shelton, y comenzó una gira de conferencias para recaudar fondos para su revista The Stylus. Sus últimas cartas revelan que padecía un estado de salud frágil y había sufrido ataques de cólera o espasmos.

Los últimos días de Poe: hallazgo y hospitalización

Poe salió de Richmond rumbo a Filadelfia y Nueva York el 27 de septiembre de 1849. Se detuvo en Baltimore, donde sus movimientos son inciertos. La tarde del 3 de octubre, el impresor Joseph Walker lo encontró en un centro electoral llamado Gunner’s Hall (Ryan’s Fourth Ward Polls). Walker envió una nota al médico Joseph E. Snodgrass informando que “un caballero, bastante deteriorado, que responde al cognomen de Edgar A. Poe, se halla en gran angustia”. Cuando Snodgrass y Henry Herring, tío de Poe, acudieron, lo hallaron con mirada vacía, sin chaleco ni corbata y vestido con ropa ajena y desaliñada: una chaqueta y pantalones gastados, zapatos corridos y un sombrero de palma casi sin ala. Ambos pensaron que estaba ebrio y lo trasladaron al Washington College Hospital.

En el hospital, el doctor John J. Moran informó que Poe oscilaba entre la lucidez y el delirio. Sus respuestas a las preguntas sobre su condición eran incoherentes y hablaba con “espectros e imaginaciones en las paredes”. A ratos murmuraba un nombre, posiblemente “Reynolds” o “Herring”. Las versiones de Moran sobre sus últimas palabras varían; en una carta a Maria Clemm, las registró como “¡Señor, ayuda a mi pobre alma!”. Se negó a beber licor y solicitaba un revólver para acabar con su sufrimiento. Finalmente, falleció antes del amanecer del 7 de octubre de 1849. Los registros oficiales eran escasos; el Baltimore Clipper consignó la causa como “congestión del cerebro” y otros certificados mencionaron “phrenitis” (inflamación cerebral), términos genéricos que ocultaban la verdadera causa.

Teorías sobre la causa de su muerte

La muerte de Poe dio pie a numerosas teorías. No existen registros médicos definitivos y los testimonios principales (Moran y Snodgrass) se contradicen; por ello, la discusión permanece abierta. Las principales hipótesis incluyen:

  • Consumo de alcohol. Snodgrass, militante del movimiento de la templanza, aseguró que Poe murió tras un “debauche”. Sin embargo, su relato ha sido tildado de exagerado y manipulado. Poe tenía una reacción severa al alcohol y periodos largos de abstinencia; un acceso de delírium tremens podría explicar su estado, pero no la ropa cambiada ni la pérdida de dinero.
  • Cooping y paliza. El 3 de octubre era día de elecciones, y Gunner’s Hall funcionaba como centro de votación. La teoría del cooping sostiene que bandas secuestraban a votantes, los emborrachaban o drogaban, cambiaban su ropa y los obligaban a votar varias veces. Esta hipótesis explicaría la vestimenta ajena y las contusiones; algunos sugieren que Poe pudo ser golpeado por negarse a cooperar.
  • Asalto y robo. La historia de Bishop Fitzgerald según la cual Poe llevaba dinero de suscripciones para su revista que nunca apareció sugiere que fue asaltado. Snodgrass y Moran también notaron que su ropa había sido sustituida, lo que respalda un robo con violencia.
  • Enfermedad previa. Varios médicos habían diagnosticado a Poe lesiones cerebrales y debilidad cardiaca. En cartas de julio de 1849 él confesaba que estaba “tan enfermo” que apenas podía sostener la pluma. Algunos biógrafos sugieren que pudo sufrir meningitis, encefalitis o complicaciones de cólera o gripe. La teoría del tumor cerebral se basa en que, al exhumarse sus restos en 1875, se observó un bulto calcificado en su cráneo, quizás un meningioma, que pudo causar convulsiones.
  • Rabia. El cardiólogo R. Michael Benítez analizó los síntomas descritos por Moran y concluyó que eran compatibles con rabia: fiebre, delirio, sudoración, agitación y nula tolerancia al alcohol. La falta de mordeduras visibles no descarta un contagio por animal rabioso; no obstante, esta hipótesis es especulativa.
  • Intoxicación por metales pesados o monóxido. Algunos investigadores han sugerido que tratamientos con mercurio para el cólera pudieron intoxicarlo o que respiró gas de carbón en las estufas urbanas. Ninguna ofrece pruebas concluyentes.
  • Asesinato. Teorías novelescas culpan a familiares de Elmira Royster Shelton que se oponían a la boda; se basan en coincidencias pero carecen de evidencias.

La multiplicidad de hipótesis demuestra la falta de certeza. Chris Semtner, conservador del Poe Museum, opina que “phrenitis” probablemente era una inflamación cerebral causada por infección o traumatismo.

Reacción pública y posteridad

La noticia de la muerte de Poe se difundió rápidamente. El 9 de octubre de 1849, el crítico Rufus W. Griswold publicó un obituario anónimo en el New-York Daily Tribune firmado “Ludwig”. Comenzaba así: “Edgar Allan Poe ha muerto. Murió en Baltimore anteayer. Este anuncio sorprenderá a muchos, pero pocos lo lamentarán… era uno de los astros más brillantes pero erráticos del arte literario”. Griswold, viejo rival del poeta, retrataba a Poe como arrogante, misántropo y carente de honor. El obituario influyó mucho en la imagen pública del escritor, presentándolo como un genio trastornado. Poco después, Griswold añadió un “Memorial” en la edición póstuma de las obras de Poe en el que repetía esas acusaciones, consolidando una leyenda negra.

Sin embargo, amigos y colegas reaccionaron. El poeta Nathaniel P. Willis replicó en el Home Journal del 20 de octubre de 1849. Tras reproducir el texto de Griswold, Willis argumentó que Poe era un hombre de extraordinaria elocuencia y sensibilidad cuyo supuesto “ángel y demonio en un mismo cuerpo” había sido exagerado. Willis y otros —Henry B. Hirst en el Philadelphia Saturday Courier y George R. Graham en la Southern Literary Messenger— denunciaron el obituario como un “calumnia injusta”eapoe.org. Aun así, algunos críticos adoptaron la versión griswoldiana, alimentando la leyenda del poeta maldito.

El funeral de Poe se celebró el 8 de octubre con solo unas pocas personas: su primo Henry Herring, el empresario funerario William N. Oliver, el médico Moran y un par de conocidos. Fue enterrado en una tumba sin nombre en el cementerio de la iglesia presbiteriana de Westminster. En 1875, tras una campaña del maestro de escuela William T. King, se erigió un monumento sobre su sepultura; el traslado de sus restos se convirtió en un evento público, y desde entonces su tumba es un lugar de peregrinación literaria.

A largo plazo, la obra de Poe superó la mala prensa inicial. Sus relatos policiales y de terror influyeron en escritores como Arthur Conan Doyle, Jules Verne y H. P. Lovecraft. La iconografía gótica de sus poemas y cuentos ayudó a forjar el imaginario romántico estadounidense. Hoy su muerte misteriosa es parte inseparable de su leyenda y continúa inspirando investigaciones y ficciones.

Conclusión

Edgar Allan Poe murió en circunstancias enigmáticas que han generado una serie de teorías, desde el abuso de alcohol hasta el asesinato. El hallazgo de un hombre desaliñado y delirante en una taberna de Baltimore, su breve hospitalización y el diagnóstico vago de “congestión del cerebro” alimentaron el misterio. El obituario difamatorio de Rufus Griswold marcó la percepción pública inicial, pero los defensores de Poe rescataron su figura y destacaron su genio literario. La combinación de una vida turbulenta, una muerte inexplicada y una obra que exploró los límites de la mente humana convirtió a Poe en un mito cultural cuya sombra se proyecta hasta nuestros días.

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