
Eduardo Montagut
Como bien saben los amables y sufridos lectores este servidor dedica gran parte de su trabajo como autor a la divulgación histórica sobre distintos temas, con preferencia, pero no con exclusividad, acerca del movimiento obrero socialista, la masonería y la historia española.
Pero en los últimos tiempos no puedo negar que he recibido algunas críticas por parte de algunos colegas del trabajo historiográfico en relación con esta tarea porque, al parecer, esa labor no sería profunda, no aporta mucho o no aporta nada al conocimiento de etapas, personajes, procesos, etc.
En este sentido, quiero reafirmar cuál es ahora mi principal objetivo como historiador y es de la divulgación, combinando fuentes primarias con fuentes secundarias, aunque no renuncie a otros trabajos, menos conocidos y divulgados, de investigación. Existen colegas que no parece que entiendan que los historiadores tenemos también una responsabilidad social de llegar a todos los públicos para intentar acercar la historia, un saber que, independientemente de la pasión que sintamos por el mismo, es complejo porque acumula mucha información, causas y consecuencias, procesos, personajes, etc. que deben ser interpretados con rigor, intentando realizar un trabajo profesional, combinándolo con un lenguaje asequible, ágil y no excesivamente complicado, huyendo, por lo demás, de la erudición.
En este país se utiliza la historia con objetivos que no tienen que ver con el conocimiento sino con otros fines muy vinculados con el presente en la batalla política. Por eso, aunque nadie es objetivo (¡Menos mal!), tenemos la responsabilidad del rigor, insistimos, pero, por favor, del rigor no académico. En este país es muy necesario el conocimiento histórico para entender muchas cosas y también como un lugar donde acudir para encontrar referencias estimulantes para nuestro presente y para el futuro, para ayudarnos a reflexionar, un ejercicio sumamente necesario en una España de gritos, improperios, y soflamas. Por lo demás, tampoco es malo el ejercicio diletante y culto, del del saber por saber, un placer inigualable. Ya saben la extrema utilidad de lo que parece inútil.
Seguiremos en el trabajo. Gracias.















