
Francisco Masip y Valls fue un médico español nacido en Caspe (Zaragoza) el 17 de junio de 1862 y fallecido en Madrid el 12 de octubre de 1924. Tras formarse en medicina en España, desarrolló una destacada carrera en el ámbito sanitario colonial de Filipinas a finales del siglo XIX. Participó como médico en la guerra de Filipinas (Revolución Filipina de 1896–1898) y fue testigo directo de acontecimientos históricos, incluyendo la ejecución de José Rizal. Años más tarde, abandonó el ejercicio clínico para consagrarse a la escritura y el periodismo, colaborando en influyentes publicaciones españolas de la época. A continuación se presenta una biografía estructurada de su vida, obra y legado.
Formación Médica y Primeros Años
Masip y Valls cursó sus estudios de medicina en España (se desconoce la universidad exacta), licenciándose probablemente a finales de la década de 1880. Poco después de obtener el título, ingresó en el servicio médico colonial, atraído por las oportunidades profesionales en las posesiones ultramarinas. Su sólida formación le permitió ocupar puestos de responsabilidad en Filipinas, entonces bajo dominio español.
En la primera mitad de la década de 1890, Masip y Valls llegó a Manila para integrarse en la sanidad colonial. Allí comenzó a destacar por su pericia médica y espíritu emprendedor, lo que le valió nombramientos importantes. Fue designado director del Laboratorio Municipal de Manila, una institución dedicada al análisis sanitario de aguas, alimentos y control de enfermedades en la capital filipina. Asimismo, se le confió la dirección del Lazareto de Mariveles, estación de cuarentena situada en la bahía de Manila, encargada de vigilar enfermedades infectocontagiosas en buques y viajeros entrantes. Estos cargos reflejan la confianza de la administración en sus capacidades como médico y gestor de salud pública.
Médico en Filipinas y Publicaciones Científicas
Durante su estancia en Filipinas, Masip y Valls combinó sus funciones sanitarias con una activa producción escrita de carácter técnico. En 1895 publicó El Laboratorio municipal de Manila: crítica sobre su reorganización, un folleto de 69 páginas editado en Manila. Esta obra, firmada bajo el seudónimo “Pero Mudo”, recopila una serie de artículos que Masip había publicado en la prensa de Manila analizando y criticando la situación del laboratorio municipal. En ellos abogaba por modernizar los procedimientos higiénicos y reorganizar el laboratorio para mejorar la salud pública de la ciudad.
Al año siguiente, profundizando en cuestiones epidemiológicas, dio a la imprenta El cólera desde el punto de vista de su localización y de su exotismo (Manila, 1897). En este opúsculo de unas 120 páginas, Masip y Valls estudia la historia y las características del cólera asiático en Filipinas. Analiza cómo se introdujo la enfermedad en el archipiélago y propone medidas de control, aportando incluso un informe avalado por la Facultad de Medicina de Manila. Cabe destacar que en esta obra se identifica a Masip como **“ex-Director del Laboratorio Municipal de Manila y del Lazareto de Mariveles”**, confirmando su prestigio profesional en la colonia. Sus investigaciones sobre el cólera serían citadas posteriormente por historiadores sanitarios; por ejemplo, el propio Masip documentó que la primera epidemia de cólera llegó a Filipinas en 1817, dato recogido en estudios modernos.
La Guerra de Filipinas y la Muerte de José Rizal
Cuando estalló la Revolución Filipina en 1896, Francisco Masip y Valls desempeñaba funciones médicas en Manila y sus alrededores. En calidad de médico militar o colaborador sanitario de las autoridades coloniales, le correspondió actuar como galeno certificador en ejecuciones de insurrectos. Un suceso notable fue su participación tras la sentencia de los Trece Mártires de Cavite: el 12 de septiembre de 1896, trece filipinos acusados de rebelión fueron fusilados en la plaza de armas de Cavite. Masip, presente como médico examinador, verificó oficialmente la muerte de todos los ajusticiados, declarando a las 12:45 de la tarde que no había sobrevivientes. Aquella trágica escena le dio una perspectiva directa de la dureza de la represión colonial.
De manera similar, se atribuye a Masip y Valls un rol en la ejecución de José Rizal, el célebre patriota filipino fusilado en Manila el 30 de diciembre de 1896. Diversas fuentes señalan que el Katipunan —sociedad revolucionaria filipina— solicitó a Masip la certificación oficial de la muerte de Rizal tras los disparos, para constatar fehacientemente el fallecimiento del héroe nacional. Aunque los detalles varían en las crónicas, es verosímil que, como médico de turno en Manila, Masip examinara el cuerpo de Rizal y extendiera el acta de defunción correspondiente. Este hecho lo vincula indisolublemente a uno de los momentos más simbólicos de la historia filipina, convirtiéndolo en testigo directo de la muerte de Rizal, acontecimiento que encendió definitivamente la llama de la insurrección.
Durante los últimos compases de la guerra colonial (que incluyó la entrada de Estados Unidos en 1898), Masip y Valls permaneció en Filipinas hasta la caída de Manila. Tras la capitulación española en agosto de 1898, fue repatriado a la península ibérica junto a otros funcionarios coloniales. De vuelta en España, sus vivencias en Filipinas y el fin del imperio marcaron profundamente su trayectoria posterior.
Del Bisturí a la Pluma: Escritor y Periodista en España
Instalado en Madrid, Francisco Masip y Valls decidió abandonar gradualmente el ejercicio de la medicina para dedicarse a la escritura, el periodismo y la divulgación. A partir de la primera década del siglo XX, se le ve involucrado en círculos intelectuales y colaborando con numerosas publicaciones. Su conocimiento de primera mano de Filipinas, así como su formación científica, le permitieron escribir con autoridad sobre temas médicos, históricos y políticos.
Masip y Valls colaboró con periódicos y revistas de gran tirada de la época. Por ejemplo, fue articulista de La Esfera, semanario ilustrado de actualidad cultural. En 1915 publicó en sus páginas el ensayo “El Doctor Ramón y Cajal”, dedicado a ensalzar la figura del eminente neurocientífico Santiago Ramón y Cajal. También contribuyó en la revista Nuevo Mundo, donde junto a otros intelectuales defendió la gestión de las autoridades coloniales tras la pérdida de Filipinas. Es conocida su faceta de cronista sobre temas sanitarios: durante la pandemia de gripe de 1918, Masip escribió piezas críticas acerca de la respuesta del Estado, como el artículo “La salud del pueblo en manos de ‘Doña Penélope’” publicado en el diario La Acción (4 de junio de 1918). Su pluma, afilada y documentada, abordó desde la necesidad de reformas higiénicas hasta semblanzas de grandes hombres de ciencia.
A lo largo de los años 1910 y 1920, Masip colaboró además con otros medios reconocidos, entre ellos El Sol y La Voz, dos importantes diarios madrileños, y eventualmente en órganos de corte más académico. Su abanico de intereses incluyó temas literarios e históricos: por ejemplo, publicó un estudio sobre “La Universidad de Bolonia” en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, muestra de su curiosidad intelectual más allá de la medicina. Esta versatilidad le granjeó un lugar respetado en el periodismo de su tiempo.
Obras Publicadas y Legado
Francisco Masip y Valls dejó una huella polifacética en las fuentes históricas, tanto médicas como literarias. Sus experiencias en Filipinas y su transición a escritor hacen de él un personaje singular de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Entre sus principales obras publicadas se cuentan:
- El Laboratorio municipal de Manila: crítica sobre su reorganización (Manila, 1895). Folleto de 69 páginas recopilando artículos publicados bajo el seudónimo “Pero Mudo”, donde analiza la situación del laboratorio químico-bacteriológico de Manila. Es una contribución valiosa para entender las políticas sanitarias coloniales y las primeras críticas reformistas en Filipinas.
- El cólera desde el punto de vista de su localización y de su exotismo (Manila, 1897). Estudio monográfico sobre la enfermedad del cólera en el contexto filipino, con prólogo o informe de la Facultad de Medicina. El texto combina datos históricos y observaciones epidemiológicas de Masip, quien firma como exdirector del Laboratorio Municipal de Manila y del Lazareto de Mariveles. Esta obra fue citada en bibliografías médicas españolas de la época por su rigor y actualidad.
- Numerosos artículos y crónicas en la prensa española (1910–1924). Destacan los publicados en La Esfera (como Prestigios españoles: los hombres de ciencia, el doctor Ramón y Cajal en enero de 1915), en La Acción (artículos sobre salud pública en 1918), y en revistas ilustradas como Nuevo Mundo y diarios de tirada nacional. Sus escritos abarcaron temas de ciencia, historia, política colonial y crónica social, reflejando una preocupación constante por el progreso científico y el bienestar público.
En cuanto a su legado, Masip y Valls es recordado en fuentes históricas tanto por sus aportes sanitarios en Filipinas como por su labor periodística. Su figura aparece mencionada en bibliografías médicas oficiales, por ejemplo en los Anales de la Real Academia Nacional de Medicina, que registran sus publicaciones filipinas dentro de la producción científica española de 1896–97. Asimismo, su firma y opiniones quedaron plasmadas en hemerotecas españolas, donde actuó como testigo privilegiado de la caída del imperio colonial y defensor de ciertos enfoques en políticas de salud y ciencia.
Aunque no dejó una obra literaria de ficción ni llegó a ocupar cargos académicos de renombre, Francisco Masip y Valls representa la figura del médico ilustrado convertido en hombre de letras. Su vida transitó por la medicina militar y la higiene pública, para luego influir en la opinión pública a través de la escritura. En archivos y publicaciones de la época, su nombre aparece al lado de otros intelectuales que debatían el rumbo de España tras el desastre del 98. Más de un siglo después, sus textos –ya sean estudios sobre el cólera en Manila o semblanzas de Ramón y Cajal– siguen siendo consultados como testimonio de la intersección entre ciencia, historia y sociedad en una época de cambios trascendentales.
Fuentes: Familia. Biografía y obras han sido reconstruidas a partir de catálogos bibliográficos y archivos históricos en español, como el Catálogo de la Biblioteca Filipina, los Anales de la RANM, y hemerotecas de prensa (La Esfera, La Acción, Nuevo Mundo, etc.). Su papel en la guerra de Filipinas se documenta en crónicas de la época y estudios masónicos filipinos, que confirman su participación como médico certificador en ejecuciones de 1896. En suma, Francisco Masip y Valls destacó como médico, publicista y testigo de su tiempo, dejando un legado disperso en publicaciones médicas, literarias y periodísticas de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
















Si bien con algunas inprecisiones de menor importancia, es un trabajo bastante preciso aunque los cambios radicales en el devenir profesional de Don Francisco Lamberto Massip y Valls siguen siendo incógnitas históricas en la biografía de tan variopinto personaje. Una cosa es clara, que su regreso a Madrid escribió una carta al presidente del colegio de médicos anunciando su baja profesional definitiva, a la que el presidente contestó que le mantendrían colegiado emérito sine die.. gracias por ocuparse de uno de tantos héroes anónimos.ya se batió el cuero en Murcia con la epidemia de cólera de mediados del S. XIX