
Eduardo Montagut
Entre las charlas que impartió el arquitecto y socialista Gabriel Pradal en el curso de conferencias que dio en la Casa del Pueblo para los trabajadores de la edificación en 1929, se impartió una sobre el gótico que recordamos en esta pieza.
Pradal desarrolló un acusado sentido pedagógico porque relacionó su conferencia con otra que había impartido en el ciclo sobre el arte bizantino en relación con las transformaciones que había sufrido la arquitectura. Explicó que después del Edicto de Milán, dado por Constantino, les fueron cedidos a los cristianos varios edificios para su uso, así como el poder administrar justicia en relación con sus prácticas religiosas. Muchos de esos edificios serían destruidos en tiempos de las invasiones bárbaras. Muchos eran de madera, por lo que pensaron que convenía hacerlos nuevos de piedra, aunque según el mismo plano de una nave central y “tejado de cañón”.
Poco a poco se iría perfeccionando, introduciéndose la bóveda y los “arcos transversales” con contrafuerte para dar solidez a la obra. Luego se ideó la bóveda de arista, la cimbra de madera y el arco apuntado, hasta llegar a la construcción gótica. Al parecer, Pradal se detuvo en la explicación de los distintos procedimientos que se fueron empleando para que en las bóvedas quedaran espacios suficientes para dar luz a los edificios. Explicó que había que ceñirse a edificios religiosos porque en aquella época eran casi los únicos, en su opinión.
Como era habitual en sus conferencias, proyectó edificios góticos de distintos países, dando explicaciones sobre las construcciones de los mismos.
Hemos trabajado con el número del 24 de febrero de 1929 de El Socialista.