
Eduardo Montagut
Periódicamente, nos parece conveniente reflejar datos, testimonios, informes, etc. sobre la situación social, económica, educativa y cultural de gran parte de la sociedad española en las primeras décadas del pasado siglo XX porque reflejan la realidad de un país con profundas brechas sociales, una cuestión que se olvida con cierta frecuencia cuando se hace la historia contemporánea de España.
En esta breve pieza nos hacemos eco del analfabetismo que afectaba a las provincias de Almería, Jaén y Málaga, donde según el Ministerio de Instrucción Pública, y junto con la región de las Hurdes, era donde más estaba extendido dicho fenómeno. Los cifras que se manejarían serían las del censo de 1920.
Los datos eran los siguientes: Almería: 109.532 hombres y 145.984 mujeres. Jaén: 201.785 hombres y 230.164 mujeres. Málaga: 187.414 hombres y 217.433 mujeres.
Como se podía comprobar el analfabetismo afectaba mucho más a las mujeres.
Según el folleto que había publicado la Oficina de Informaciones del citado departamento ministerial, las causas del analfabetismo eran la asistencia irregular de los niños a las escuelas porque la población estaba muy diseminada, por la ocupación temprana en el trabajo, la pobreza, la falta de celo de los padres y la incultura general. El folleto también señalaba los medios para combatir el analfabetismo: creación de nuevas escuelas y mejora de las existentes, personal bien preparado y material conveniente.
Pero para Dionisio Correas, el pedagogo socialista que recogió esta noticia en su sección de “La Escuela y la vida” en El Socialista, en su número del 23 de julio de 1924, a los autores del folleto se les escapaba una cuestión fundamental, esto es, la “destrucción del feudalismo agrario andaluz, generador de la miseria y la incultura”.














