
Por Antonio Arroyo
BALADAS DEL U-BAHN
1
No hay vestigio de arañas en la noche
del murciélago sino un latido ahogado
en la garganta azul del túnel. Vieja
nostalgia en el aceite blanco del día
trae luces. La prisa queda atrás
petrificada y presta para el olvido.
No le falta razón
a la sombra que apura el vaso y canta
entre dientes la vieja balada berlinesa.
El pez urbano tose entre la multitud de peces
que nadan en la red del U-Bahn.
Brilla pero no piensa. Existir en el tránsito
parece no importarle, sino irse a no sé
dónde ni cuándo de la vida.
2
El trayecto no dura, apenas un latido
o un breve parpadeo. Esa firme confianza
de que vas a algún lado desdibuja tu leve
trazo de humanidad entre la multitud.
Despliega la osadía,
ve en sentido contrario. Vigilia a la que vas
ha de quitarte el sueño que tienes sin embargo
a pesar de premuras de corta duración.
Contar la vida a tramos entre un andén y el otro
es un aria muy triste. Por eso, rebobina
el pensamiento: desde el río a la montaña,
de la montaña al vuelo del pájaro azul.
Párate a contemplar la nada hasta el fin
de las vías del metro, hasta el mismo principio
de tu nueva balada.
3
Cuando te pica el sexo de la curiosidad
y la vejez de todo lo que te cerca
te parece el primer
latido que tuvo el mundo, no te rasques,
tú disimula y espera
hasta próximo aviso por si alguien levanta
el trasero y se va del cotarro.
No preguntes con lengua extraña,
sé el camaleón, también la zarigüeya
y un poco el colibrí por si todo se borra
de pronto cuando llegues al nido de las víboras.
4
El río viene en sentido contrario,
es un turbio palíndromo de humo y multitud
siempre en metamorfosis.
El río desde el espejo del vagón dice:
EinNegermitGazellezagtimRegennie,
bajo la lluvia, un negro con la gacela
no vacila jamás—pellizco de conciencia
o necio desviarse—. Sin embargo,
anagrama es la gota en la toga del cielo
sobre tu pelo rojo. Así te amo,
muchacha de mis íntimas almonedas,
en la corriente alterna del ferrocarril,
en el agua del río del destiempo.
Así te añoro, abogada o temblor
de una lluvia de añicos boreales.
Un Fénix picotea
en los rieles de U-Bahn.