La conquista de Canarias: el fin de la era guanche y el nacimiento de un nuevo archipiélago

Observatorio Negrín-Galdós

Uno de los acontecimientos más clásicos y trascendentales en la historia de Canarias fue la conquista castellana del archipiélago a finales del siglo XV. Este proceso bélico supuso el fin de la era aborigen guanche y la incorporación de las islas a la Corona de Castilla, marcando profundamente la identidad cultural y social canaria. Tras casi un siglo de campañas, el capitán Alonso Fernández de Lugo culminó la ocupación de las islas de Gran Canaria y Tenerife en 1494-1496, venciendo la feroz resistencia de los indígenas locales. A continuación, repasamos el contexto de esta conquista, su desarrollo, los protagonistas principales, así como sus consecuencias inmediatas y su legado duradero en la cultura e identidad de Canarias.

Contexto histórico

Las Islas Canarias fueron durante siglos el límite legendario del mundo conocido para europeos y norteafricanos, identificadas con las míticas Islas Afortunadas más allá del Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, no fue hasta la Edad Media tardía cuando exploradores europeos se aventuraron de forma regular en el Atlántico. Los avances náuticos (brújula, astrolabio, mapas actualizados) y el afán de encontrar nuevas rutas y riquezas propiciaron expediciones castellanas, portuguesas, genovesas y mallorquinas hacia Canarias desde el siglo XIV. Estas expediciones perseguían riquezas, esclavos y la difusión del cristianismo, y muy pronto fijaron su atención en Canarias debido a su posición estratégica.

La primera incursión de conquista fue liderada en 1402 por los normandos Jean de Béthencourt y Gadifer de la Salle, quienes partieron de La Rochelle con apoyo de Castilla. Establecieron bases en Lanzarote y Fuerteventura, iniciando la dominación de las islas orientales. Durante décadas, el control sobre Canarias fue disputado y vendido como señorío feudal, cambiando de manos entre nobles castellanos e incluso enfrentando intentos portugueses. Finalmente, tras el Tratado de Alcaçovas de 1479, Portugal reconoció el derecho de Castilla sobre Canarias, lo que permitió a los Reyes Católicos impulsar decididamente la conquista realenga (directamente bajo la Corona) del resto del archipiélago. En este contexto, la isla de Gran Canaria fue el primer gran objetivo: a partir de 1478 tropas castellanas desembarcaron en la isla, fundando el Real de Las Palmas, y tras duros combates lograron someterla en 1483. La captura y conversión al cristianismo del guanarteme (rey) guanche de Gran Canaria, Tenesor Semidán rebautizado como Fernando Guanarteme, simbolizó el cierre de esa campaña. Con Gran Canaria incorporada, solo quedaban La Palma y Tenerife bajo control indígena a finales del siglo XV.

Desarrollo de la conquista de Canarias

La campaña final de conquista (1492-1496) comenzó por la isla de La Palma. El veterano capitán Alonso Fernández de Lugo obtuvo de la Corona el encargo de someterla, financiando la empresa con sus propios bienes y apoyo de mercaderes genoveses. Desembarcó en 1492 con unos 900 hombres, incluyendo indígenas aliados de otras islas. La resistencia palmera estuvo liderada por el caudillo Tanausú, quien resistió en la caldera de Taburiente. Finalmente, Tanausú fue capturado mediante una emboscada y enviado prisionero a Castilla; prefirió morir de inanición durante el traslado antes que vivir sometido. Con la caída de La Palma, solo Tenerife permanecía independiente, defendida por sus menceyes (reyes tribales).

En mayo de 1494, Lugo inició la conquista de Tenerife. Desembarcó en la costa de Añazo (hoy Santa Cruz de Tenerife) y estableció un campamento fortificado. Algunas bandos guanches del sur (Abona, Adeje, Güímar, Anaga) habían pactado la paz previamente y ofrecieron ayuda a los castellanos. Sin embargo, los menceyes del norte, liderados por Bencomo de Taoro, se prepararon para la guerra. Lugo intentó negociar conversiones y vasallaje, pero Bencomo rechazó someterse a los Reyes Católicos ni aceptar la nueva religión cristiana.

Los conquistadores marcharon hacia el interior de Tenerife, adentrándose en territorio hostil. Fue entonces cuando Bencomo y sus guerreros tendieron una emboscada devastadora en el barranco de Acentejo. En esa Primera Batalla de Acentejo (mayo de 1494), conocida como La Matanza de Acentejo, los guanches aprovecharon el terreno abrupto para sorprender al ejército castellano y causarle centenares de bajas. Los cronistas relatan una derrota total: murieron alrededor de 800 soldados españoles, salvándose a duras penas el propio Fernández de Lugo, que huyó herido y se refugió en Gran Canaria. La conquista de Tenerife tuvo que postergarse tras este revés, y el lugar de la victoria guanche sería recordado precisamente como La Matanza de Acentejo.

Durante los meses siguientes, los guanches creyeron haber asegurado su libertad, pero la guerra no terminó allí. Lugo reunió refuerzos: obtuvo fondos de comerciantes de Las Palmas y del duque de Medina Sidonia, reclutó 600 soldados veteranos de las recientes guerras de Granada en la Península, e incluso contó con aliados indígenas como el converso Fernando Guanarteme, que acompañó la nueva expedición. Con este ejército mejor preparado, el conquistador regresó a Tenerife en noviembre de 1494. Esta vez eligió combatir en los llanos de Aguere (La Laguna), terreno abierto donde la caballería y arcabuces castellanos tenían ventaja. Allí se libró la Batalla de Aguere, en la cual las tropas de Lugo derrotaron al ejército guanche infligiéndole más de mil bajas, entre ellas el propio Mencey Bencomo que cayó en combate. Semanas después, en diciembre, los españoles obtuvieron otra victoria decisiva en la Segunda Batalla de Acentejo –llamada luego La Victoria de Acentejo– completando la derrota militar de los aborígenes tinerfeños.

Tras estas batallas, la resistencia guanche colapsó. Muchos guerreros habían muerto y sus líderes principales estaban desaparecidos o fallecidos. Según la tradición, el nuevo mencey de Taoro, Bentor (hijo o nieto de Bencomo), decidió suicidarse arrojándose por un barranco en Tigaiga en febrero de 1495 antes que rendirse al invasor. Poco después, los últimos reyezuelos guanches supervivientes se presentaron ante Lugo para capitular, firmando la llamada Paz de Los Realejos en julio de 1496, que marcó la rendición final de Tenerife. Así, en 1496 la conquista de todo el archipiélago quedó completada, tras casi un siglo de luchas intermitentes (1402-1496). Los Reyes Católicos incorporaron formalmente Canarias a sus dominios, culminando un proceso que algunos historiadores consideran un ensayo general de la conquista de América, por las estrategias y pactos empleado, y por la heroica resistencia nativa que debieron vencer conquistadores como Béthencourt, Pedro de Vera o Lugo –predecesores directos de Cortés o Pizarro en el Nuevo Mundo.

Protagonistas principales

  • Alonso Fernández de Lugo (1456-1525): Adelantado (gobernador/conquistador) castellano responsable de las campañas finales en La Palma y Tenerife. Lugo había participado previamente en la conquista de Gran Canaria, y negoció con la Corona el derecho a conquistar Tenerife con recursos propios. Demostró tenacidad tras su derrota inicial en Acentejo, volviendo con refuerzos para doblegar finalmente a los guanches en 1495-1496. Fundó la ciudad de San Cristóbal de La Laguna y fue primer gobernador de Tenerife.
  • Bencomo (mencey de Taoro, ?-1494): Líder supremo de la coalición guanche que se opuso a la invasión de Tenerife. Era el más poderoso de los nueve menceyatos de la isla. Rechazó las propuestas de conversión y vasallaje de los españoles, y organizó la emboscada victoriosa de la Matanza de Acentejo que detuvo temporalmente la conquista. Falleció combatiendo en la batalla de Aguere a finales de 1494, causando su muerte un golpe moral definitivo para la resistencia indígena.
  • Tanausú (?-1493): Caudillo aborigen de La Palma, señor de la región de Aceró (la caldera de Taburiente). Conocido por su valentía y firmeza, resistió a los castellanos refugiado en la caldera hasta que fue apresado mediante engaños. Cuando fue enviado prisionero a España, realizó una huelga de hambre y murió durante el viaje, convirtiéndose en símbolo del honor guanche.
  • Fernando Guanarteme (Tenesor Semidán, ?-1496): Antiguo guanarteme o rey de Gran Canaria, capturado en 1483 y luego aliado de los españoles. Convertido al cristianismo y bautizado Fernando, actuó como mediador y aliado indígena de los conquistadores, ayudando a pacificar a otros reinos canarios. Acompañó a Lugo en la campaña de Tenerife, instando sin éxito a Bentor a rendirse. Su colaboración fue recompensada con tierras y honores, siguiendo la política real de respetar a ciertos líderes nativos para facilitar la dominación.

Consecuencias inmediatas de la conquista

La conquista castellana tuvo profundas consecuencias demográficas, sociales y económicas para Canarias. En el corto plazo, significó la desarticulación de la sociedad aborigen: muchos guanches murieron en combate o sucumbieron a enfermedades foráneas, mientras otros fueron esclavizados o asimilados. Su estructura política y religiosa se desmanteló; desaparecieron la mayor parte de su cultura, organización social y lengua propia. La población nativa sufrió un drástico descenso y mestizaje con los colonizadores europeos, aunque su bagaje genético sobrevivió parcialmente en las generaciones siguientes.

Tras 1496, las islas quedaron bajo dominio de los Reyes Católicos y se introdujo un nuevo modelo colonial. Llegaron colonos castellanos, portugueses, mallorquines, genoveses y de otras procedencias, repoblando las islas junto con los nativos supervivientes. Canarias se convirtió en una base estratégica del Imperio español, punto de escala para las rutas oceánicas hacia América que se abrían a partir de 1492. La economía isleña se reorientó hacia el cultivo de productos de exportación (inicialmente la caña de azúcar, luego vino, y siglos más tarde el plátano, etc.), aprovechando el régimen de puertos francos y la posición geográfica. La estructura social pasó a regirse por el modelo feudal castellano, con repartimientos de tierras a conquistadores y nobles. Eclesiásticos cristianos emprendieron la evangelización de la población indígena sobreviviente, completando la “conquista del alma” que siguió a la militar. En pocas décadas, la religión aborigen y las costumbres guanches fueron casi totalmente reemplazadas por las católicas y europeas.

Políticamente, la incorporación a Castilla dio lugar a un régimen de adelantados y cabildos insulares que administraron las islas en nombre de la Corona. A largo plazo, este evento preparó a Canarias para su papel en la expansión atlántica: la experiencia adquirida en la conquista insular sirvió de modelo (tanto táctico como administrativo) para la conquista de América en el siglo XVI. Los isleños también experimentaron tempranamente la aculturación colonial, un “trauma” fundacional que, según historiadores, marcaría la psicología e identidad canaria en los siglos venideros.

Legado cultural y político

A más de cinco siglos de distancia, el legado de aquel acontecimiento histórico sigue muy presente en la identidad canaria. La conquista supuso el nacimiento del pueblo canario moderno, fruto del mestizaje entre aborígenes bereberes, colonizadores europeos y, posteriormente, influencias africanas y americanas. Aunque la cultura guanche fue prácticamente extinguida en el siglo XV, numerosos elementos indígenas perviven hasta hoy. Por ejemplo, el gofio (harina tostada de cereales), alimento básico de los antiguos isleños, continúa consumiéndose ampliamente como parte de la dieta tradicional. El idioma y la toponimia también conservan huellas: se estima que existen más de 2.000 nombres de lugar de origen guanche (amazige) en las islas, desde nombres de municipios (Tacoronte, Arona, Tegueste, etc.) hasta voces comunes (chácaras, tamarco). Asimismo, prácticas culturales y deportivas tienen raíces prehispánicas: la lucha canaria y el juego del palo derivan de técnicas de combate guanche, y el famoso silbo gomero (lenguaje silbado de La Gomera) es heredero directo de formas de comunicación aborigen adaptadas al terreno montañoso.

En el plano simbólico, la memoria de la conquista y de los guanches ha pasado por revalorizaciones. Durante siglos coloniales, se menospreció la cultura indígena; pero en la actualidad los antiguos menceyes son reconocidos como parte fundamental de la historia regional. Monumentos y museos rinden homenaje a aquel pasado: por ejemplo, las estatuas de los Menceyes en la Plaza de Candelaria en Tenerife inmortalizan a los nueve reyes guanches de la isla, recordando su linaje y resistencia. Cada año, la ciudad de La Laguna conmemora su fundación tras la conquista, y Santa Cruz de Tenerife celebra la Gesta del 25 de Julio (cuando en 1797 las milicias isleñas derrotaron al almirante Nelson, hecho posible gracias a la identidad forjada desde la defensa del territorio). Políticamente, la historia de la conquista y la mezcla cultural está en la base del sentimiento autonomista canario: el Día de Canarias (30 de mayo) conmemora la primera sesión del Parlamento autonómico en 1983, símbolo de la capacidad de autogobierno recuperada, pero también homenaje a la singularidad histórica insular.

En conclusión, la conquista castellana de Canarias a finales del siglo XV fue un evento definitorio que cambió para siempre el destino del archipiélago. Su contexto de exploración y expansión europea, su dramático desarrollo lleno de episodios épicos, el choque entre los protagonistas de dos mundos y las profundas consecuencias que trajo –desde la desaparición de la cultura guanche originaria hasta el surgimiento de una nueva sociedad mestiza– hacen de este acontecimiento un pilar central de la historia canaria. Su legado se manifiesta tanto en la cultura popular (gastronomía, folclore, lenguaje) como en la identidad política del pueblo canario, que se reconoce heredero de esa síntesis entre lo indígena y lo español. Así, entender la conquista de Canarias es clave para comprender la identidad y la historia del archipiélago tal como lo conocemos hoy.

Referencias: Las afirmaciones históricas y datos presentados en este artículo han sido respaldados por investigaciones recientes y obras especializadas, como las del historiador Javier Leralta en Historia National Geographic, estudios académicos sobre la conquista de Canarias, así como fuentes clásicas recopiladas en la Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias entre otras. La pervivencia de la herencia guanche en la actualidad ha sido destacada en análisis contemporáneos, corroborando la continuidad de elementos culturales aborígenes integrados en la identidad canaria del siglo XXI. Todas las fuentes citadas han sido referenciadas a lo largo del texto mediante enlaces para facilitar la consulta y verificación de la información expuesta.

Related Posts

Juan Negrín en 1936: de médico científico a pilar de la República en guerra

Observatorio Negrín-Galdós De la ciencia a la política Juan Negrín López inició la década de 1930 como un prestigioso médico fisiólogo y profesor universitario, un caso atípico entre los políticos de su época. Nacido en 1892 en Las Palmas de…

Rosalía, novela inédita de Benito Pérez Galdós

Observatorio Negrín-Galdós Rosalía es una novela inacabada (aunque casi concluida) de Benito Pérez Galdós, escrita hacia 1872 pero no publicada hasta 1983. Se trata de un relato descubierto póstumamente: el investigador Alan E. Smith halló el manuscrito parcial en 1979…

One thought on “La conquista de Canarias: el fin de la era guanche y el nacimiento de un nuevo archipiélago

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

ARTÍCULOS

Por una relación nueva entre América y España en la República

Por una relación nueva entre América y España en la República

Flotillas para Gaza detenidas en octubre de 2025: contextos, actores y reacciones internacionalesIntroducción

Flotillas para Gaza detenidas en octubre de 2025: contextos, actores y reacciones internacionalesIntroducción

El papel educativo del cine y la Sociedad de Naciones

El papel educativo del cine y la Sociedad de Naciones

La dimensión laboral en la Historia de la arquitectura por Gabriel Pradal

La dimensión laboral en la Historia de la arquitectura por Gabriel Pradal

Fernando de los Ríos y el homenaje a Joaquín Costa en la República

Fernando de los Ríos y el homenaje a Joaquín Costa en la República

“L’Associació Obrera de Concerts de Pau Casals”

“L’Associació Obrera de Concerts de Pau Casals”

El Gobierno recupera los fondos de la Logia Añaza para el Templo Masónico de Tenerife

El Gobierno recupera los fondos de la Logia Añaza para el Templo Masónico de Tenerife

España en 1890: noticias destacadas

España en 1890: noticias destacadas

Benito Pérez Galdós: pilar del periodismo hispanoamericano

Benito Pérez Galdós: pilar del periodismo hispanoamericano

La semilla que prendió: Pablo Iglesias visto por Eduardo Montagut

La semilla que prendió: Pablo Iglesias visto por Eduardo Montagut

La lengua gallega: patrimonio cultural en la encrucijada lingüística

La lengua gallega: patrimonio cultural en la encrucijada lingüística