
Eduardo Montagut
Lucie Dejardin (1875-1945) fue la primera mujer que llegó al parlamento belga en el seno del Partido Obrero Belga y por Lieja en el año 1929. En este artículo glosamos su vida. Este hecho motivó que los socialistas españoles le dedicaran atención en las páginas de El Socialista en el momento de su elección como diputada.
Lucie Dejardin procedía de una familia de mineros. Su hermano Joseph fue presidente de la Federación Nacional de Mineros, una organización sindical muy potente, además de ser miembro del Partido Obrero y diputado también por Lieja.
Lucie fue autodidacta, virtud que destacaba el periódico socialista español. De muy joven empezó a trabajar en la propia minería, en los carbonajes, es decir empujando los carros llenos de carbón de Werister, una zona minera fundamental en Bélgica. Era, por lo tanto, una hiercheuse, es decir, una más de las muchas mujeres jóvenes en esa tarea del transporte por las galerías de las minas de carbón, vestidas de hombres, sin guantes y con zuecos de madera, todo un símbolo del trabajo femenino extremadamente duro en la Revolución Industrial belga. Hasta 1889 no se prohibiría a las mujeres menores de 21 años trabajar en las minas, pero realmente muchas siguieron haciéndolo hasta la prohibición definitiva de 1892 que, en realidad tampoco lo fue porque hasta entrado el siglo XX, aunque en número reducido, siguió habiendo hiercheuses. Terminar con esta explotación fue una tarea ardua y gracias a la presión combinada del movimiento obrero, especialmente en las huelgas de 1886, con la del Partido Obrero en los años noventa y la de los cristianos sociales, influidos por la nueva doctrina social de la Iglesia, sin olvidar el impacto que supuso el testimonio pictórico de Constantin Meunier, que pintó a una casi heroica hiercheuse en 1887.
Nuestra protagonista abandonó esta ocupación para trabajar como lavandera durante quince años. Después, pasaría a ser gerente de un almacén de la Unión Cooperativa.
Pero toda esta intensa vida laboral no le impidió ejercer el compromiso. Era muy joven cuando en el Municipio de Beyne-Heusay (comuna de la región de Valonia, en la provincia de Lieja) se dedicó a crear grupos de Hijos del Pueblo y se afilió al Partido Obrero. Al parecer, en el primer mitin en el que habló se dirigió a las mujeres empleadas de los servicios públicos de Lieja.
En 1911 creó la Liga de las Mujeres Socialistas, estando trabajando en la misma hasta 1923, mientras ejercía como inspectora de trabajo. En ese año sería nombrada secretaria femenina permanente en la Federación de Lieja del Partido Obrero Belga.
Dejardin participó en la Gran Guerra porque trabajó para el servicio de información que se organizó para la defensa, “La Dame Blanche”, pero fue detenida por los alemanes en 1915 que la condenaron a cadena perpetua, aunque por su salud pudo entrar en un intercambio de prisioneros en 1917, pudiendo pasar el fin de la guerra en Francia, encargándose de los niños belgas allí exiliados. Cuando regresó se le concedió la Orden de Leopoldo II y el derecho al sufragio. Debemos recordar que no existía el sufragio femenino, y esto era como una recompensa por los servicios prestados. A la altura de junio de 1929 era una de las nueve mil belgas con derecho al voto.
En 1919 ya estaba en Lieja trabajando como inspectora de trabajo, iniciando también una labor internacional al estar en distintos congresos, ligas y comités.
En 1926 entraría en el Consejo Municipal de Lieja. Como decíamos al principio, fue elegida diputada en 1929, ingresando en la Cámara de Representantes el 26 de mayo. En realidad ya había una parlamentaria femenina en el Senado, Marie Janson, pero lo fue por cooptación, no por elección directa. En 1932 sería reelegida. En el parlamento se destacó por su trabajo para combatir el alcoholismo, la pobreza, y a favor de los niños y las mujeres.
Dejardin pudo marcharse a Inglaterra en mayo de 1940 para evitar las represalias nazis, ya que había sido presa de los alemanes en la Gran Guerra. En Londres trabajaría a favor de los refugiados belgas, entrando en el Ministerio de Trabajo en el exilio.
En 1952 se publicó un estudio sobre ella por parte de Esther B. Chalmers, titulado Lucie Dejardin, hiercheuse et député socialiste, aunque hay una edición posterior de 1983.
Hemos trabajado con el número 6340 de El Socialista, y con la página web de Connaître la Wallonie, que le dedica una biografía firmada por Paul Delforge.