
Observatorio Negrín-Galdós
Gran Canaria es una isla volcánica con aproximadamente 14-15 millones de años de historia geológica. Su formación siguió un patrón típico de islas de punto caliente, con una etapa inicial de crecimiento en escudo volcánico durante el Mioceno medio, seguida por erupciones explosivas que produjeron una gran caldera de hundimiento (Caldera de Tejeda). Tras un largo período de inactividad y erosión, la isla experimentó un segundo ciclo volcánico importante en el Plioceno – conocido precisamente como el Ciclo Roque Nublo – que abarcó aproximadamente desde hace 4,5 hasta 3,4 millones de años. Durante este ciclo se edificó un gran estratovolcán central, a modo de nuevo edificio volcánico sobre los antiguos relieves miocenos, que pudo alcanzar altitudes cercanas a 3000–3500 metros. Las erupciones de este volcán Roque Nublo fueron en buena medida explosivas y de carácter violento, emitiendo coladas de lava y enormes flujos piroclásticos (ignimbritas) que cubrieron gran parte de la isla de forma radial. Este período eruptivo es geológicamente breve pero crucial en la construcción de Gran Canaria.
Hacia el final del Ciclo Roque Nublo, el gran estratovolcán sufrió un colapso catastrófico de su flanco, generando un gigantesco deslizamiento de tierras volcánico. Este evento produjo la llamada “Brecha del Roque Nublo”, un depósito de avalancha volcánica formado por la fragmentación del edificio. La avalancha resultante desplazó bloques colosales del volcán (de hasta kilómetros de diámetro) a más de 25 km de distancia, superando barrancos y relieves en su camino. Se trata de una de las destrucciones volcánicas más masivas conocidas en una isla oceánica, hasta el punto de que la Brecha del Roque Nublo se considera un ejemplo tipo mundial de avalancha volcánica por la variedad de texturas y estructuras que exhibe. Tras este violento episodio, el volcanismo en Gran Canaria cesó temporalmente. En épocas posteriores la actividad se reanudó en forma de erupciones menores de lavas basálticas en la mitad noreste de la isla (el Ciclo Post-Roque Nublo, mucho más moderadas en comparación con la etapa Roque Nublo.

Formación y evolución geológica del Roque Nublo
El Roque Nublo —situado aproximadamente en el centro geomorfológico de la isla— es un producto directo de aquel segundo ciclo volcánico. Geológicamente, se trata del resto erosivo de una poderosa colada piroclástica formada por bloques y cenizas volcánicas soldadas, originada en una erupción explosiva del estratovolcán Roque Nublo. Dichas erupciones habrían sido de tipo pliniano o subpliniano, depositando ignimbritas (flujos de material piroclástico ardiente) que al enfriarse dieron lugar a roca volcánica consolidada. El monolito del Roque Nublo constituye probablemente un gran fragmento endurecido de esos materiales (una mezcla de rocas volcánicas fragmentarias y lava solidificada) que, pese al colapso y disgregación general del volcán, permaneció relativamente intacto. Otra interpretación lo considera un pitón o cuello volcánico: es decir, parte del magma que solidificó dentro de la chimenea o conducto del volcán y que posteriormente quedó expuesto al erosionarse los materiales circundantes más blandos. En cualquier caso, su génesis es enteramente volcánica y vinculada a la actividad del gran edificio Roque Nublo en el Plioceno.
Después de las erupciones, el Roque Nublo quedó expuesto a millones de años de intensa erosión. Los agentes erosivos (lluvia, viento, cambios térmicos) fueron desgastando y removiendo los depósitos volcánicos más deleznables que rodeaban al monolito, a la vez que incisión de barrancos en la zona. Este prolongado modelado erosivo aisló progresivamente al Roque Nublo como una aguja rocosa prominente sobre una meseta elevada conocida como el Tablón del Nublo. En la actualidad, el Roque Nublo sobresale claramente en el paisaje, siendo un ejemplo característico de los llamados “roques” canarios, nombre que se da en las islas a estas formaciones monolíticas residuales destacadas topográficamente. El roque principal está acompañado por otras pequeñas formaciones adyacentes originadas en el mismo contexto, como el Roque del Fraile (un pináculo rocoso con forma que recuerda a un fraile encapuchado) y La Rana (una roca más baja a un lado del monolito), ambos igualmente esculpidos por la erosión sobre los materiales volcánicos del Tablón.
Composición geológica y estructura
La composición del Roque Nublo y de los materiales asociados refleja la diversidad de magmas emitidos durante el ciclo volcánico del Plioceno. La denominada Formación Roque Nublo incluye principalmente lavas de carácter básico (basálticas y basaníticas) en sus etapas iniciales, que evolucionaron luego hacia rocas más diferenciadas de tipo tefrita y fonolita en sus fases finales, intercalándose también episodios explosivos que dejaron niveles piroclásticos (ignimbritas y brechas volcánicas) y depósitos detríticos sedimentarios entre erupciones. En particular, la Brecha Roque Nublo está compuesta por una matriz caótica de cenizas, pómez y bloques líticos de diversos tamaños, cementados en parte por la soldadura térmica del depósito. El monolito en sí puede describirse como una gran brecha ignimbrítica soldada: un conglomerado volcánico endurecido, evidencia tangible de la colada piroclástica de bloques y cenizas de la que procede. Observaciones geológicas indican que en la base del Roque Nublo afloran también materiales intrusivos, posiblemente relacionados con domos y diques formados al final del ciclo Roque Nublo cuando el magma remanente se emplazó en el interior del edificio volcánico ya colapsadoign.es. Esta combinación de rocas masivas soldadas y la ausencia de estratos débiles expuestos es lo que le confiere al Roque Nublo su resistencia y le permitió sobrevivir a la erosión diferencial que removió el material de su alrededor.
Características físicas y ubicación

El Roque Nublo y otras formaciones rocosas cercanas, como el estilizado Roque del Fraile (centro), vistos desde la meseta del Nublo. Estas prominencias destacan como “roques” volcánicos residuales en el paisaje de cumbre de Gran Canaria.
El Roque Nublo es un monolito volcánico imponente que alcanza unos 80 metros de altura sobre su base inmediata. Se sitúa a una altitud de aproximadamente 1.813 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en la tercera máxima elevación de Gran Canaria (solo superada ligeramente por el Morro de la Agujerada, 1956 m, y el Pico de las Nieves, 1949 m). Se encuentra ubicado en el municipio de Tejeda, en el mismo corazón montañoso de la isla, en una zona de cumbres abruptas que marca el centro geográfico insular. La base del monolito se asienta en una meseta de roca volcánica relativamente plana (el mencionado Tablón del Nublo), que actúa como un balcón natural con espectaculares vistas panorámicas de la isla. Geomorfológicamente, esta meseta corresponde al remanente elevado de las coladas piroclásticas pliocenas, ahora a modo de planicie alta desde la que emergen el Roque Nublo y sus “acólitos” rocosos (La Rana, el Fraile, etc.).
El conjunto del Roque Nublo y su entorno tiene unas formas escarpadas y suelos poco desarrollados, colonizados en parte por pinares canarios y vegetación de cumbre adaptada a la aridez. El monumento natural abarca un área protegida de unas 452 hectáreas dentro del Parque Rural del Nublo, e incluye otras estructuras geológicas singulares producto de la misma historia volcánica. La caminata hasta la base del Roque Nublo es un sendero muy conocido de unos 1,5 km (40 minutos aproximadamente) que conduce a los pies del monolito, permitiendo apreciar de cerca la magnitud de este peñasco aislado y las capas volcánicas expuestas en los riscos adyacentes. Desde la cima del tablón, junto al Roque, se domina gran parte de la isla: hacia el norte se divisan pueblos de las medianías, al sur el océano y las dunas costeras de Maspalomas, e incluso hacia el oeste es posible ver el pico Teide en Tenerife emergiendo sobre las nubes en días despejados.
Importancia cultural y simbólica
Además de su interés científico, el Roque Nublo posee un enorme valor simbólico y cultural para Gran Canaria. Se le considera uno de los símbolos más emblemáticos de la isla, al punto de aparecer frecuentemente en representaciones turísticas, escudos locales y folclore insular. En la antigüedad prehispánica, esta montaña fue utilizada como lugar de culto por los aborígenes canarios, dentro de un conjunto de altas cumbres a las que atribuían significación sagrada. Este legado espiritual ha sido recientemente reconocido al incluirse al Roque Nublo, junto con otras montañas sagradas de Gran Canaria, dentro del Paisaje Cultural Risco Caído y Montañas Sagradas, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2019.
Hoy en día, el Roque Nublo permanece protegido legalmente: fue declarado Espacio Natural en 1987 y Monumento Natural en 1994, integrándose en la red canaria de espacios naturales protegidos. Su silueta inconfundible forma parte del imaginario colectivo grancanario. El Cabildo de Gran Canaria otorga anualmente unos galardones honoríficos llamados “Roque Nublo” a personas e instituciones destacadas, reforzando su papel como símbolo insular. Asimismo, la célebre canción “Sombras del Nublo” compuesta en 1936 por Néstor Álamo – e interpretada por grupos musicales populares – es considerada el himno no oficial de Gran Canaria, homenajeando en su letra a esta roca majestuosa. En conjunto, el Roque Nublo encarna tanto la historia geológica de la isla – como testigo pétreo de antiguos cataclismos volcánicos – como su identidad cultural, al ser fuente de leyendas, inspiración artística y orgullo para los habitantes de Gran Canaria.
Fuentes: La información precedente se ha recopilado y sintetizado de fuentes oficiales y divulgativas, incluyendo datos del Instituto Geográfico Nacionalign.esign.es, el Instituto Geológico y Minero de Españainfo.igme.esinfo.igme.es, y publicaciones divulgativas y académicas sobre la geología de Gran Canariaaguasgrancanaria.com, así como del blog de turismo de Gran Canaria y la Wikipedia en español para aspectos culturales y descriptivosgrancanaria.com. Todas las referencias específicas se indican en el texto mediante los correspondientes marcadores.















