
Eduardo Montagut
María O’Neill remitió a las mujeres socialistas españolas un saludo con motivo del primero de mayo de 1920, que publicó El Socialista en el número correspondiente a ese día.
María da Conceição Infante de Lacerda Pereira de Eça Custance O’Neill (Lisboa, 1873, Costa brasileña, 1932), y más conocida como María O’Neill, fue una mujer portuguesa muy polifacética, ya que fue escritora, poeta, teósofa, espiritista, feminista y periodista. En relación con su activismo, O’Neill fue una de las protagonistas del Consejo Nacional de Mujeres Portuguesas. Precisamente, en ese año de 1920 explicó su tesis, “La ferocidad del egoísmo” en la Asociación de Vendedores. A partir de entonces estuvo en muchas iniciativas feministas, y fue presidenta de la Comisión de Asistencia Social, del Trabajo, además de las Ligas de la Bondad. Por su parte, estuvo en los Congresos de la Mujer y la Educación, donde fue autora de distintos trabajos. También asistió a los Congresos de La Liga Abolicionista Portuguesa.
El texto enviado a las mujeres socialistas españolas hablaba de que las mujeres socialistas portuguesas querían saludar a las españolas, es decir, “sus hermanas en el ideal”. Era necesario no solo predicar con la palabra, sino también con el ejemplo. Las mujeres serían las que educando sus propios instintos y consiguiendo el completo dominio del propio ser a través de la voluntad, podrían sembrar en el corazón de las próximas generaciones, para que se encaminasen hacia la perfección. La escritora animaba a la lucha, pero a una lucha serena, que vencía por la fuerza del Derecho y se imponía por la “claridad y precisión de raciocinio”.
Para O’Neill en manos de las mujeres estaba la “obra sagrada del futuro”. Y era un deber no descuidarla.