
Directora
En una era donde la división política es palpable y la búsqueda de soluciones parece un laberinto sin fin, volver la mirada hacia figuras históricas como Benito Pérez Galdós puede ser más relevante de lo que pensamos. Galdós, un maestro de la narrativa y un perspicaz crítico de su tiempo, dejó un legado que trasciende el siglo XIX, ofreciéndonos una lente a través de la cual podemos examinar y tal vez entender mejor los retos actuales.
Galdós fue -como sabemos- más que un novelista; fue un observador agudo de la sociedad y la política. En su vasta obra, abordó temas como el caciquismo y la corrupción política, temas desafortunadamente aún vigentes. Su capacidad para detallar la psicología detrás de las decisiones políticas nos invita a mirar más allá de las noticias y buscar comprender las motivaciones humanas en juego.
Sus «Episodios Nacionales» no solo narran eventos históricos, sino que también reflejan cómo estos afectaron a las personas comunes, recordándonos que detrás de cada evento político hay vidas individuales siendo moldeadas. En tiempos de información instantánea y a menudo superficial, Galdós nos enseña la importancia de entender el contexto y las consecuencias humanas de la política.
Además, Galdós exploró temas como el choque entre tradición y modernidad, y el papel de la mujer en la sociedad, temas que resuenan en el actual debate sobre identidad nacional y derechos de género. En obras como «Doña Perfecta», desentraña la tensión entre el progreso y el conservadurismo, una dinámica que sigue siendo central en nuestras discusiones políticas actuales.
Como republicano activo, la participación directa de Galdós en la política a través de su labor como diputado refleja su compromiso con los ideales de justicia y democracia. Hoy, sus críticas al monarquismo y su defensa de los valores republicanos pueden inspirar a quienes buscan reformar sistemas de gobierno obsoletos en favor de una mayor equidad.
Galdós nos enseñó que las grandes historias están hechas de pequeñas historias. Al humanizar la historia, nos muestra que la política no solo es el arte de lo posible, sino también de lo personal. Sus novelas, llenas de personajes ricos y situaciones complejas, nos animan a buscar soluciones que no solo sean efectivas, sino también compasivas y justas.
Revisitar a Galdós hoy es redescubrir un aliado en la búsqueda de un diálogo más humano y comprensivo en nuestro clima político. Sus obras nos invitan a pensar, sentir y, quizás, actuar de manera que podamos superar nuestras divisiones y trabajar juntos hacia un futuro más inclusivo y comprensivo.